Cine VILLANÍAS DE LA MADRE RUSIA

Nadie sale ileso de una película de David Cronenberg. Puede que a usted le guste o no la obra perturbadora de este director canadiense pero deberá reconocer que en una veintena de películas ha desarrollado un estilo temático y narrativo muy particular en torno de las falencias emocionales y de las conductas enfermas de sus personajes. Su filmografía ha sido muy coherente. Por eso nadie debe sorprenderse ante los excesos de Promesas peligrosas, suerte de cine negro contemporáneo que narra una historia de violencia y perversión en el interior de la mafia rusa que se adueña de las calles de Londres. Una lucha brutal que va más allá del control del poder. Es simplemente la condición humana en sus peores faenas. Puro Cronenberg.

En la mayoría de sus películas —Una historia de violencia, 2005, Spider, 2002, Crash, 1995, M. Butterfly, 1993, Naked lunch, 1991, entre otras— no existe la noción de héroe pero sí la de villano, como tampoco se propone el estandarte de la verdad sino el de mil mentiras encubiertas. Anna (Naomi Watts) es una médica de ascendencia rusa —pero no habla la lengua de Dostoieski— que atiende la emergencia de una adolescente moscovita embarazada, en un hospital público. La chica muere pero sobrevive el bebé. Y queda un diario de la muchacha escrito en su lengua natal. Ella busca a Semyon (Admin Mueller-Stahl) —dueño de un lujoso restaurante ruso y, de forma encubierta, líder de la temible mafia que Moscú desparramó por toda Europa tras la caída de la Unión Soviética— para que traduzca el diario. Semyon, quien se hace acompañar por su hijo Kirili (Vincent Cassel) y su chofer Nikolai (Viggo Mortensen), sabe que ese diario lo incrimina como asesino y violador. Por otra parte, Anna también ha entragado el diario a a su tío ruso Stepan (una curiosa actuación del director polaco Jerzy Skolimowski) para que lo traduzca. Surge entonces una madeja de relaciones perversas y terribles que sólo se expresa a través de la violencia.

La escena inicial de Promesas peligrosas define el tono del resto de la narración, para que nadie se llame a engaño. El personaje central es Nikolai, cuyas acciones transforman la trama en una dirección distinta a la original y la convierten en una armadura de situaciones equívocas, sobre la cual vuelan como insectos asesinos, mafiosos y toda suerte de alimañas. Nikolai al principio es un personaje más pero poco a poco se va adueñando de la historia y la conduce a un desenlace distinto al previsto. El descubrimiento de su verdadera naturaleza trastoca la lógica tradicional y deviene en el elemento de resolución dramática.

Film de mucha acción pero también de sobrecogeras atmósferas, estas Easterm promises —o promesas que vienen de la Europa oriental— adquieren carácter de cine negro en su acepción más profunda. El asunto del diario y de la chica violada y maltratada abre camino a un sórdida lucha por el poder, en la que Kirili no vacila en traicionar a su padre para alcanzar la efímera noción de lo invencible. A este carácter de historia sin futuro contribuye de manera importante la sugerente fotografía de Peter Sushitzky, plena de claroscuros y tonos ambiguos al lado de una luminosidad brutal que todo lo inunda o una oscuridad culposa que se extiende no sólo en la pantalla sino en esas vidas tormentosas que nos muestra. Lo dicho: nadie sale ileso de una película de David Cronenberg.

PROMESAS PELIGROSAS (Eastern promises), Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, 2007. Dirección: David Cronenberg. Guión: Steven Knight. Música: Howard Shore. Fotografía: Peter Sushitzky. Elenco: Viggo Mortensen, Naomi Watts, Vincent Cassel y Armin Mueller-Stahl. Distribución: Cines Unidos.

Acerca de Alfonso Molina

Alfonso Molina. Venezolano, periodista, publicista y crítico de cine. Fundador de Ideas de Babel. Miembro de Liderazgo y Visión. Ha publicado "2002, el año que vivimos en las calles". Conversaciones con Carlos Ortega (Editorial Libros Marcados, 2013), "Salvador de la Plaza" (Biblioteca Biográfica Venezolana de El Nacional y Bancaribe, 2011), "Cine, democracia y melodrama: el país de Román Chalbaud" (Planeta, 2001) y 'Memoria personal del largometraje venezolano' en "Panorama histórico del cine en Venezuela" (Fundación Cinemateca Nacional, 1998), de varios autores. Ver todo mi perfil
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