En las elecciones del próximo 23-N se pondrán en tensión dos fuerzas que han estado luchando desde que el proceso bolivariano, dirigido de forma personalista y caudillista por el comandante, inicia su giro indetenible hacia la izquierda autoritaria. De un lado estará el proyecto autocrático colectivista y centralista que el teniente coronel Chávez Frías le propuso al país en agosto de 2007, y que fuese rechazado en el referendo constitucional del 2-D; del otro se alineará el modelo de Estado federal y democracia descentralizada que comienza a implantarse en el país a partir de 1989, cuando se aprueban la Ley de Elección y Remoción de los Gobernadores de Estado, la Ley Orgánica de Descentralización, se reforma la Ley Orgánica del Régimen Municipal (que permite crear la figura del Alcalde electo con el voto popular), y se realizan los primeros comicios regionales para elegir los mandatarios de los estados y los municipios.
Un triunfo claro e inobjetable de Chávez Frías en esa cita electoral (probabilidad muy remota si nos atenemos a los sondeos de opinión), revitalizaría el esquema piramidal jefaturado por el caudillo, que ya sufrió un duro revés el 2-D, y pondría la reelección indefinida del autócrata nuevamente en el primer lugar de la agenda política nacional. Por el contrario, la conquista por parte de la oposición y del chavismo disidente de importantes espacios que en la actualidad son controlados por el oficialismo, transformaría de modo radical el panorama político y conduciría a una redistribución vertical del poder, que obligaría al jefe de Estado a cohabitar con un elevado número de gobernadores, alcaldes y diputados regionales que no simpatizan con él.
Después de haber apoyado la descentralización durante su campaña presidencial de 1998, e, incluso, luego de haberla elevado a rango constitucional en textos que declaran que “la República Bolivariana de Venezuela es un Estado federal descentralizado . . .” (Art.4) y que “el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es será siempre (. . .) descentralizado . . .(Art. 6), y después de haber incluido en la misma Carta la creación del “Consejo Federal de Gobierno (. . .) órgano encargado de la planificación y coordinación de políticas y acciones para el desarrollo del proceso de descentralización y transferencia de competencias del Poder Nacional a los Estados y Municipios” (Art. 185), el comandante Chávez le tuvo miedo a una iniciativa tan genuinamente democrática, y por eso decidió acabar con ella, torpedeándola hasta convertirla en una morisqueta, sin ningún tipo de incidencia en la vida real de las comunidades de la capital y del interior de la República. La descentralización pasó a ser sustituida por la Nueva Geometría del Poder (NGP), los Núcleos de Desarrollo Endógeno (NUDE), el nuevo Poder Popular, los Consejos Comunales, las comunas y ciudades socialistas, y por toda esa jerga farragosa inventada por la nomenclatura chavista. Esa monserga forma un disfraz opaco que pretende ocultar la naturaleza profundamente antidemocrática del “proceso”, ya ideada por la ideología neoautoritaria de Norberto Ceresole.
Hugo Chávez, a partir del 23-N, tendrá que aceptar que la descentralización no puede modificarse a capricho o detenerse porque él es el mandamás del país. La descentralización surgió como movimiento en Venezuela porque formó parte de una megatendencia, de una tendencia mundial surgida en aquellas sociedades, como las socialistas, que estuvieron dominadas durante largo tiempo por el centralismo exacerbado. Esos poderes copulares, concentrados en su vértice por un partido, un mandatario o una oligarquía política arrogante y excluyente, fracasaron luego de haber empobrecido a sus naciones.
En Venezuela costó mucho que los factores de poder domiciliados en Caracas entendieran que era necesario transferirles competencias, recursos y funciones a los estados y a los municipios, y que ese movimiento de traslación pasaba por permitir que esas entidades eligieran a través del voto popular a sus autoridades. Finalmente el peso de la realidad se les impuso y terminaron aceptando lo que era inevitable: que el Estado tenía que descentralizarse para que el país fuera federal, tal como lo proclamaba la Constitución de 1961.
Después de casi dos décadas de haberse iniciado la descentralización, Hugo Chávez señala que los gobernadores y alcaldes autónomos les resultan incómodos, que en el caso de que sigan existiendo (como seguramente ocurrirá) deben ser incondicionales del poder central, que el Gobierno Nacional y la Comisión Central de Panificación deben proyectar y ejecutar todos los planes del país, y que no está dispuesto a convivir con mandatarios regionales que no se encuentren alineados con su proyecto comunista del siglo XXI. La descentralización ocupa un lugar tan subordinado en su estrategia política, que a lo largo de esta intensa campaña electoral no ha sido mencionada por él como pieza clave de los asuntos que van a decidirse en los próximos comicios. Sus candidatos son convidados de piedra en cada uno de sus actos electorales.
El 23-N los venezolanos tendremos la oportunidad de reafirmar la vigencia de la democracia y la trascendencia de la descentralización. Tendremos ocasión de subrayar el papel tan importante que les corresponde desempeñar a los gobernadores, alcaldes y diputados regionales en cuanto delegados del pueblo en el plano estadal y municipal. Sin embargo, quienes están de acuerdo con las propuestas del teniente coronel y su visión del país, o quienes no se interesan por el destino de la República, también tendrán la oportunidad de decirle a Hugo Chávez que puede imponer su comunismo del siglo XXI, sus leyes centralizadoras, e ignorar las conquistas de la descentralización, sin ninguna clase de problemas. Nos hallamos en esta encrucijada.
COMO LA CIA IMPONE UN GOBIERNO:
(LUIS AGÜERO WAGNER) Todo el andamiaje de la CIA y sus extensiones y derivados, como USAID, la National Endowment for Democracy y la prensa adicta al imperio, se jugó por el obispo Fernando Lugo el 20 de abril.
En Paraguay, llamó la atención que las ONGs recibieran fuertes donaciones a partir de la llegada al país del embajador James Cason, un conocido desestabilizador apadrinado por Otto Reich. El objetivo de la operación encubierta era sufragar la alternancia en el poder, ubicando al obispo Fernando Lugo en la presidencia de Paraguay.
Entre las numerosas organizaciones beneficiarias de estos dólares distribuidos por la administración de George W. Bush que apoyaron a la campaña del obispo, sobresalieron Gestión Local y la Casa de la Juventud, que financiaron con fondos de USAID e IAF a los movimientos Tekojoja y Pmas, como en Nicaragua la NED y otros organismos alternativos de la CIA propiciaron la elección de Violeta Chamorro en 1989.
Las organizaciones no gubernamentales y voluntarias –lo que hoy conocemos por sociedad civil— son conocidas como una extensión de las políticas neoliberales de EE UU en todo el mundo.
La CIA y la US Agency for International Development (USAID ó AID) tienen un protagonismo central en el esquema de promover las ideas y hechos políticos favorables al imperio, y a ellas se añadió un nuevo organismo, creado en 1983, bautizado como The National Endowment for Democracy (NED).
En Paraguay, la NED ejerce un control total sobre la prensa mediática, a la que presenta listas indicando cuáles son los referentes políticos que puede promocionar. Son los principales referentes de la NED los propietarios de ABC color y radio Ñandutí, Aldo Zucolillo y Humberto Rubín, dueños de gran parte de lo que en el país se puede decir. En Brasil, a comienzos de los 60, se utilizaron idénticas operaciones de la CIA junto a las de la sociedad civil opuesta al gobierno, con el resultado de provocar el golpe militar de 1964 contra el presidente Joâo Goulart, que dio comienzo a 20 años de una represión política indescriptiblemente brutal.
En fechas más recientes coordinaron un golpe mediático contra el gobierno de Raúl Cubas en Paraguay (marzo de 1999) y aceitaron a la sociedad civil de oposición al gobierno venezolano de Hugo Chávez, donde el papel de organismos gubernamentales estadounidenses, la CIA y otros como la AID y la NED detrás del fallido golpe de estado de abril de 2002 fue evidente.
El embajador norteamericano James Cason, como un flautista de Hamelín dedicado a cantar folklore paraguayo, fue determinante para alinear a todas las ONGs y fundaciones que reciben dólares americanos detrás del clérigo-presidente, sobrino del agente de la CIA Epifanio Méndez (delatado por Agee) y que perpetúa hoy la tradición familiar.
Entre las organizaciones aparecieron incluso grupos de feministas, que se vieron obligadas a impulsar una candidatura de un obispo católico, a pesar del clásico antagonismo con el Vaticano.
Entre estas supuestas organizaciones civiles estuvieron las feministas de convicciones subsidiadas por USAID como las Mujeres Políticas en Red, Parlamento Mujer, Red de Mujeres Políticas, Red de Mujeres Munícipes del Paraguay (RMMP), Coordinadora Interpartidaria de Mujeres del Paraguay (CIMPAR),), Mujeres Políticas por la Democracia y el Desarrollo,etc.
Son sufragadas desde la embajada norteamericana además de las redes de mujeres, Ideco (Roberto Ferreira), el Partido Demócrata Cristiano, Partido Encuentro Nacional, Patria Querida, el grupo de adherentes del Partido Unace que lidera Emma Rolón, la Red de Contralorías ciudadanas del Paraguay, la Contraloría Ciudadana de Ypané, Afosci, CIDSEP, CISNI, Fedem, Transparencia Paraguay, Semillas para la Democracia, radio Los Angeles, Radio Comunitaria de Villa Elisa, Fundación Tierra Nueva y GEAM, todos estos grupos aglutinados en el Grupo impulsor para la Regulación del Financiamiento Político en Paraguay.
La nómina sigue con Sakã (transparencia, en guaraní), integrada por cinco organizaciones no gubernamentales, Gestión Local, vinculada al Moviendo Tekojoja. Los «proyectistas» son Raúl Monte Domecq y Guillermina Kanonnikoff).
Otros grupos paraguayos financiados por extensiones de la CIA son Decidamos, Instituto de Geopolítica y Estudios Internacionales (IPEGEI), Radio CARITAS, Mujeres Por la Democracia, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos Fundación Paraguaya para la Cooperación y Desarrollo, Centro de Estudios Democráticos (CED), Centro de Información y Recursos para el Desarrollo, Instituto de derecho y Economía Ambiental, Centro de Estudios y Formación para el Ecodesarrollo, Asociación de Empresarios, Comité Paraguay-Kansas, Asociación Afro Paraguaya Kamba Cua, Centro Interdisciplinario de Derecho Social y Economía Política, Fundación Arlequín Teatro», Casa de la Juventud – Paraguay, cuna del Pmas de Camilo Soares, Cooperativa La Norteña y la Escuela Agrícola de Carumbey, Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales.
En el marco de la campaña pro-obispo, maletines de George W. Bush ingresaron en forma encubierta en Paraguay, yendo a parar a los bolsillos de los partidarios del obispo de los pobres y teólogo de la liberación, el marxista clérigo-presidente Fernando Lugo.
Por ejemplo, los 45,226.96 dólares que en nombre del Plan Umbral recibió recientemente la guevarista Casa de la Juventud (ONG que recauda para el PMas) de mano de organismos imperialistas bajo control de George W. Bush, supuestamente para enseñar a estudiantes secundarios algo fundamental: «identificar la corrupción» en Paraguay. Se suma el dinero a los 127.000 con que anteriormente les benefició la IAF. Se añaden en el mismo contexto las fuertes sumas que recibe Gestión Local, ONG cuyos responsables son a la vez financistas de Tekojoja, o los 132.700 dólares que en el 2006 recibió la Fundación Arlequín Tetro (refugio de organizadores de manifestaciones contra la actual administración municipal) para objetivos tan relacionados con el arte escénico como «ayudar a adolescentes de centros educativos a identificar, estudiar, discutir y atender las prioridades de la comunidad». Debemos agregar los 116.300 dólares de George W. Bush recibidos en el 2006 por el CIDSEP, los 95.000 dólares recibidos por la Fundación paraguaya para la Cooperación y Desarrollo del ex intendente Martín Burt, los 94.000 depositados a nombre de la ADEC, los 27.500 donados a la CPES de Domingo Rivarola, los 164.404 aportados a la CED, o las importantes donaciones que reciben el CIRD de Agustín Carrizosa para «apoyar a las organizaciones de la sociedad civil», la IDEA de Patricia Abed, o los sensibles ecologistas de Alter Vida como Jorge Lara Castro.
Como puede advertirse, la lista es bastante extensa y garantiza un amplio control sobre la «sociedad civil» paraguaya. No es la victoria electoral del Obispo Fernando Lugo la primera operación exitosa de la NED, USAID y la CIA en Paraguay, que ya actuó en Paraguay con eficacia varias veces. Por ejemplo, cuando en 1989 se derrumbaba la Unión Soviética, y con ella la propaganda con que el dictador Alfredo Stroessner justificaba sus abusos, se aseguró de promover un cambio a la medida de los intereses imperialistas, limpiando expedientes y ubicando en la presidencia a un célebre narcotraficante.
El mismo año el gobierno norteamericano invirtió mil millones de dólares en el triunfo de Violeta Chamorro en Nicaragua, imponiendo así una jefa de estado con los billetes provenientes de la National Endowment for Democracy, un inofensivo organismo llamado a tomar la posta de la CIA desde 1983.
Considerando inminente el fin de Stroessner, el imperio norteamericano se movilizó en ese entonces para impedir que sus adversarios tomen las riendas a su caída, para lo cual se apresuró a ganar para su causa a los disidentes con una muy buena remuneración.
El encargado de distribuír los dólares para «el cambio» fue el Dr. Carl Gershman, presidente de la NED. La Freedom House funcionó como un embudo por donde pasaron los fondos que concedía la NED, y gran parte de ellos fueron a parar a los bolsillos de los comunicadores destacados.
Radio Ñandutí, a través de la Casa de la Libertad, recibió importantes sumas de dinero de la National Endowment for Democracy (NED). Leonard Sussman, agente de la CIA y Director Ejecutivo de la Casa de la Libertad, realizó una visita a Paraguay a fines de 1987, guiado por Humberto Rubín, estableciendo contactos con varias organizaciones que luego recibirían fondos de la NED. El objetivo era «madurar» la idea del cambio.
A partir de entonces, estos organismos promovieron la estructuración de un andamiaje que hoy controla todo lo que en Paraguay se puede decir, paradójicamente con la coartada de que defienden la libertad de expresión.
Un organismo es la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), a la que acompaña Cerneco. Reciben con frecuencia los auspicios de USAID. Por ejemplo, el «Foro por la libertad de expresión», organizado por la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP) y CERNECO en noviembre de 2004, fue auspiciada por la USAID (Agencia Internacional de desarrollo de los Estados Unidos). A este «Foro» asistió el señor Kevin Goldberg, «experto norteamericano en Libertad de Expresión y Derecho a la Información». Otro apéndice de la embajada norteamericana es el Centro de Regulación, Normas y Estudios de la Comunicación (CERNECO), fundado en 1990. Humberto Rubin, vinculado con la Nacional Endowment for Democracy (NED), fue presidente de CERNECO entre 1992-2002.
CERNECO proclama que «Surgió como un medio para canalizar inquietudes, ideales y el espíritu de servicio y progreso de un grupo de personas vinculadas al campo de la comunicación masiva».
Se formó una línea de acción que enfocaba el tema del Código de Ética, que regulaba la conducta de los propios medios de comunicación, de las empresas anunciantes y de las agencias de publicidad. Integraron la comisión pro-Código de Ética: Carlos Jorge Biedermann, Rufo Medina e Ilde Silvero. Rufo Medina e Ilde Silvero son empleados de Aldo Zuccolillo, dueño del diario ABC Color. En cuanto a Carlos Jorge Biedermann, basta con señalar que es yerno del general de la «Operación Cóndor», Guillermo Federico Clebsch, egresado de la Escuela de las Américas, detalle que alcanza para conocer cuál es la tendencia de su «ética»
Otra organización vinculada a este grupo es CONAR: Consejo de Autorregulación Publicitaria de CERNECO, un ente privado cuyo objetivo es la autorregulación de la publicidad, proponiendo a través de sus recomendaciones, que los mensajes publicitarios se encuadren dentro de los principios de la legalidad, honestidad, decencia y veracidad».
Toda esa estructura estuvo al servicio del Obispo Fernando Lugo, en una operación magistralmente coordinada por el desestabilizador estrella de George W. Bush, James Cason, y presentada ante la prensa mediática y los incautos como «un gran triunfo de la izquierda». Lo que se dice una perfecta operación encubierta de la CIA en Paraguay.