Cine LA CONDENA DE UN PERDEDOR

El luchador 2

Mickey Rourke encarna el drama de un solitario que perdió su tiempo y su vida

“Los mejores años de mi vida fueron los ochenta”, confiesa la ex estrella de la lucha libre Randy “The Ram” Robinson a su amiga Cassidy, guapa y madura stripper de un club nocturno de Nueva Jersey, mientras escucha un viejo tema de Guns n’ Roses. Randy y Cassidy son dos perdedores que dejaron atrás la sincronía con los tiempos en boga. Ambos pertenecen al mundo del espectáculo, pero no al universo de la fama y las celebridades. El primero acusa el paso de los años mientras sobrevive en el morboso mundo de la lucha libre, suerte de farsa deportiva mezclada con mucha sangre y brutalidad. La segunda contonea su cuerpo desnudo ante una clientela sin mucho glamour, para obtener los recursos que le permitan educar y mantener a su hijo. A Randy se le acabaron las oportunidades de rehacer su vida y de reconstruir su relación con Stephanie, su única hija. Cassidy, en cambio, simplemente ha dejado pasar la oportunidad de encontrar el amor y sólo lo reconoce tardíamente. Pero las cartas están echadas. Así es El luchador, nuevo film del norteamericano Darren Aronofsky que conmueve con una triste historia del anonimato.

El cine de Aronofsky se caracteriza por una sordidez que se deriva de la observación de la vida de los perdedores. Baste recordar Réquiem por un sueño (2000), en torno al barranco físico y moral de una pareja de drogadictos que se hunden cada vez más en su infierno mientras un ama de casa sucumbe a la locura de pretender ser flaca el resto de su vida. Algo similar ocurre en su primer largometraje Pi (1998), en el que un matemático paranoico busca las claves de la naturaleza. Locos, perdedores, solitarios, excluidos, así son sus personajes. Por eso el enfoque de El luchador es sobre un hombre que ya está condenado, que lanza sus últimos golpes y que se siente amenazado fuera del cuadrilátero. Sólo sabemos que a mediados de los ochenta fue una estrella del espectáculo, que atraía multitudes… y que abandonó a su Stephanie, una chica lesbiana que odia a su padre pero que le da una última oportunidad de regresar. Nunca sabemos quién fue o es la madre. Entre las drogas y los estimulantes, este Randy “The Ram” se asoma al desfiladero. Su corazón falla. Ya no puede luchar. Ahora tendrá que trabajar en un supermercado, atendiendo amas de casa que quieren media libra de ensalada de papas. Pero los callejones llegan a su final.

El cuadrilátero se convierte en el film de Aronofsky en el epicentro de un drama que no busca el final heroico al estilo del deleznable Rocky Balboa de Sylvester Stallone, sino la trágica dimensión humana de ese puñado de seres humanos en sus respectivas crisis. La cámara en El luchador propone un cierto naturalismo que retrata las calles marginales de la gran ciudad, con su basura física y sus desechos morales, al lado de los ambientes turbios de dos tipos de escenarios: el ringside del combatiente y el tubo de la desnudista. Pero en algunos momentos la cámara busca el encuadre resaltador de la escena dramática y llega a su gloria en la imagen final. En uno y otro extremo del film el cuadrilátero es el espacio donde se juega el destino del personaje central pero no todo lo importante de la historia sucede en su interior. En un momento dado, cuando Cassidy quiere salvar a Randy, éste le responde cuando está a punto de volver a luchar: “El único lugar donde puedo salir herido es afuera del ring”. Hay golpes en la vida, diría Vallejo.

A principios de año, cuando reanunciaron las postulaciones del Oscar, el nombre de Mickey Rourke resonó con fuerza por su interpretación como Randy. Tanto el actor de 57 años como el personaje se confundieron en un rostro golpeado por la vida. Rourke, ex galán de Nueve semanas y media, de los “gloriosos” ochenta, que se había acorralado a sí mismo en papeles menores y sólo con el film de Aronofsky retorna con un rol que le calza, que lo distancia de sus viejas interpretaciones y que le devuelve una oportunidad en el estrellato. Sabemos que el Oscar fue para Sean Penn por su actuación en Milk, pero quedó el recuerdo de un actor que había pasado momentos duros por sus problemas personales y que regresó para triunfar nuevamente. Desde El luchador, Rourke ha construido una agenda muy activa con una decena de producciones en progreso. La otra actuación notable del film es la de Marisa Tomei, una actriz que se había dado a conocer con comedias románticas simpáticas y no demasiado inteligentes, que en Antes que el diablo sepa que estás muerto, de Sydney Lumet, y El luchador ha expresado su talento como actriz dramática.

El luchador no es una película comercial ni trata de seducir al público. Es una obra muy dura, la mejor que ha hecho Aronofsky. Su visión pesimista de los Estados Unidos a través de los millones de personas que viven en una suerte de pobreza económica y moral constituye un reclamo al país del sueño de prosperidad. El país de sus perdedores.

EL LUCHADOR («Wrestler»), EEUU, 2008. Dirección: Darren Aronofsky. Guión: Robert D. Siegel. Producción: Darren Aronofsky, Scott Franklin. Diseño de producción: Tim Grimes. Fotografía: Maryse Alberti. Montaje: Andrew Weisblum. Sonido: Brian Emrich. Música: Clint Mansell. Elenco: Mickey Rourke, Marisa Tomei, Evan Rachel Wood, Ernest Miller, Dylan Keith Summers y  Tommy Farra. Distribución: Cinematográfica Blancica.

Acerca de Alfonso Molina

Alfonso Molina. Venezolano, periodista, publicista y crítico de cine. Fundador de Ideas de Babel. Miembro de Liderazgo y Visión. Ha publicado "2002, el año que vivimos en las calles". Conversaciones con Carlos Ortega (Editorial Libros Marcados, 2013), "Salvador de la Plaza" (Biblioteca Biográfica Venezolana de El Nacional y Bancaribe, 2011), "Cine, democracia y melodrama: el país de Román Chalbaud" (Planeta, 2001) y 'Memoria personal del largometraje venezolano' en "Panorama histórico del cine en Venezuela" (Fundación Cinemateca Nacional, 1998), de varios autores. Ver todo mi perfil
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2 respuestas a Cine LA CONDENA DE UN PERDEDOR

  1. Una película extraordinaria, a mi entender. Mickey Rourke, suerte de «luchador» y a veces perdedor en la lucha de su vida, se levanta para mostrar los entretelones de un «show» mediatizado pero, como todo show, trágicomedico… Recomiendo enfáticamente esta película, que inclusive a mi esposa, que detesta la violencia, le encantó la forma en que está lograda.
    Daren Aranowsky…¡Bravo!

    Luis Armando Roche

  2. miguel genova dijo:

    Sin lugar a dudas un film de alta calidad, tanto interpretativa como de direccion, y en especial del guion. Una historia bien narrada, mostrando cada punto de forma muy concisa y clara, y dejando que el espectador pueda construir multiples interpretaciones. La mia particular tiene que ver con los universos que cada uno nos construimos donde somos reconocidos, estimados y donde nos sentimos bien.

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