Cine OLIVER STONE, EL CINEASTA OFICIAL

oliver-stone-y-chavez-2.jpg

Chávez y Stone encarnan un proyecto fracasado

Hace algunos años formé parte del jurado de un festival de cine de América Latina. En esa oportunidad conocí a un destacado cineasta cubano, autor de varias películas muy agudas sobre la realidad de su país. Por prudencia compartida, tengo como norma no hablar de la política de la isla con sus realizadores. Sin embargo, le pregunté por un documentalista cubano, a quien conocí en un remoto Festival de La Habana. “¿Es amigo tuyo?”, me preguntó extrañado. “Sí, ¿por qué?”, respondí con curiosidad. Sólo atinó a concluir: “Él está muy bien. Ahora es un cineasta oficial”. Aprendí entonces que los directores de Cuba se dividen en cineastas, a secas, que buscan hacer su películas con relativa independencia, gracias a coproducciones y otros recursos, y los cineastas oficiales, los que cuentan la “historia oficial”. Obviamente, estos últimos disfrutan de los privilegios del poder. El cuento se me antoja pertinente cuando observo a Oliver Stone acompañando a Hugo Chávez —y no al revésen la alfombra roja del Lido para presentar Al sur de la frontera, su documental hagiográfico —como lo tituló el periodista del diario milanés Il Corriere Della Sera que cubre el Festival de Venecia— sobre el caudillo venezolano. He leído en otras notas de prensa que lo califican de film “benévolo” y “apologético” Me recordó su lamentable documental Comandante, dedicado a Fidel Castro y producido un tiempo antes de las ejecuciones y persecuciones que ordenó su “comandante” contra periodistas y disidentes del régimen. Hay que tener un poco de vergüenza. Cuando hizo ese film, el gobierno de Castro ya tenía 45 años oprimiendo a su pueblo. No se molestó en conocer “la otra realidad” de la isla. Se limitó a contar “la historia oficial”. Algo parecido sucede con su fascinación por una experiencia histórica y política que ha incrementado la miseria y la desigualdad en los pueblos de Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Ecuador. Como documentalista Stone debe expresar su punto de vista como autor, pero no puede ignorar la “otra Venezuela”, la de los presos políticos y el acoso a los medios de comunicación, la de la sistemática destrucción de la economía y la corrupción desvergonzada, la del dominio autoritario de la justicia y la creciente pobreza. Oliver Stone se ha convertido en el “cineasta oficial”. Disfrutará los privilegios.

Anuncio publicitario

Acerca de Alfonso Molina

Alfonso Molina. Venezolano, periodista, publicista y crítico de cine. Fundador de Ideas de Babel. Miembro de Liderazgo y Visión. Ha publicado "2002, el año que vivimos en las calles". Conversaciones con Carlos Ortega (Editorial Libros Marcados, 2013), "Salvador de la Plaza" (Biblioteca Biográfica Venezolana de El Nacional y Bancaribe, 2011), "Cine, democracia y melodrama: el país de Román Chalbaud" (Planeta, 2001) y 'Memoria personal del largometraje venezolano' en "Panorama histórico del cine en Venezuela" (Fundación Cinemateca Nacional, 1998), de varios autores. Ver todo mi perfil
Esta entrada fue publicada en 1 y etiquetada , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s