Es una película perturbadora, que se desplaza desde el drama social al conflicto psicológico con una delicada fluidez que evade el amarillismo pero no evita la denuncia familiar. Preciosa narra la historia de una adolescente negra, pobre, obesa e inexpresiva, que apenas sabe leer y escribir, que sufre los continuos maltratos de su madre y que está embarazada por segunda vez de su propio padre. Una perdedora por toda la línea. Ambientado en el Harlem de mediados de los años ochenta, el segundo film dirigido por el actor y productor Lee Daniels llamó la atención en el Festival Sundance del año pasado y se convirtió en una de las sorpresas del Oscar de 2010. Narra una historia insólita que expone los alcances del segregacionismo como cultura del resentimiento, a través de la cual la pobreza y la intolerancia se convierten en una fábrica de horrores.
Preciosa se fundamenta en Push, primera novela de la actriz Sapphire que devino en el primer guión de Geoffrey Fletcher. Expone la visión de Clarice Precious Jones, una chica de 17 años que no tiene futuro, que ha sido condenada por su madre y violada por su padre y que no encuentra su lugar en la sociedad, en el barrio o en la escuela. Es la representación de esa marginalidad que subsiste gracias a los cheques de la seguridad social. Moradora de una realidad brutal, alimenta fantasías en las que es admirada, querida, deseada. Vive y sueña en dos mundos totalmente diferentes. Pero sobre todo es la protagonista de un drama que tiene raíces en la discriminación racial pero cuyos alcances expresan otras conductas patológicas. Si bien la película denuncia los desmanes de una época caracterizada por los llamados homeless y otras formas de miseria en Estados Unidos, también propone una reivindicación del sistema de seguridad social y de la educación alternativa de EEUU. Frente a la ignorancia y la baja autoestima de Preciosa, se alzan las actitudes de una maestra y de una trabajadora social que impulsan la transformación de una muchacha. Ya se sabe que no hay salidas fáciles ni esperanzas populistas. Clarice, no obstante, avanza con sus hijos en los brazos.
La propuesta de Daniels recurre a una cámara inquieta, que se desplaza con nerviosismo de un rostro a otro, que se concentra en primeros planos de los ojos de Clarece, que escudriña en los espacios interiores de su oscuro apartamento y en el viejo edificio de la escuela alternativa, que se olvida de los lugares de la esperanza. Sus personajes están asombrosamente dibujados en rápidos trazos. La neurosis de una madre que odia a su hija “por haberle quitado a su hombre” convive al lado del miedo de la chica que no renuncia a su maternidad. Un poco más allá se ubica una maestra que ofrece opciones distintas al resentimiento o el miedo entre madre e hija, aunque después confiesa que ella misma tiene problemas con su madre por sus inclinaciones sexuales. Más acá, una trabajadora social define el conflicto medular de esa familia disfuncional aunque no se sienta capaz de manejar un problema tan complejo. Las conflictivas chicas de la escuela —negras y latinas— divisan un horizonte gracias a la educación. Incluso un enfermero —también negro— establece la diferencia de conductas a través de la alimentación orgánica y la comida de McDonalds. Sobre este drama surgen distintos toques de humor que lejos de constituir una burla ante tanto sufrimiento permiten poner de relieve la dimensión de los problemas raciales, sociales, educativos y familiares de la historia.
¿Las actuaciones? Conmovedoras. Especialmente la de Mo’Nique como la enajenada madre de Clarice. Un papel muy difícil que supo interpretar las limitaciones de su personaje, en constante contrapunteo con el trabajo de la nueva Gabourey Sidibe como Preciosa, verdadero eje dramático de la historia. Ambas secundadas por Paula Patton como la maestra Blue Rain y Mariah Carey como la trabajadora social Weiss.
Detrás de Preciosa se halla la poderosa comunidad negra del negocio del espectáculo norteamericano. La novelista, el guionista, el director y casi todos los intérpretes son negros. Entre éstos últimos se hallan personalidades como la comediante Mo’Nique y los cantantes Mariah Carey y Lenny Kravitz. Incluso Oprah Winfrey oficia como productora ejecutiva. Es un proyecto de ese sector de Hollywood identificado con los problemas étnicos que ha logrado construir una película admirable que permanecerá en la memoria.
PRECIOSA (Precious) Estados Unidos, 2009. Dirección: Lee Daniels. Guión: Geoffrey Fletcher, sobre la novela Push de Sapphire. Producción: Lee Daniels, Gary Magness y Sarah Siegel-Magness. Fotografía: Andrew Dunn. Montaje: Joe Klotz. Música: Mario Grigorov. Elenco: Gabourey Sidibe, Mo’Nique, Paula Patton, Mariah Carey, Sherry Shepherd, Lenny Kravitz, Stephanie Andujar, Chyna Layne, Amina Robinson, Xosha Roquemore, Angelic Zambrana y Aunt Dot. Distribución: Cines Unidos.
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