Al ver el tema, el elenco y la realización de Red puede confirmarse la crisis de ideas originales que padece Hollywood. No es gratuito que los grandes estudios hayan echado mano del cómic con sus superhéroes más emblemáticos como hemos visto en los últimos años. Al mismo tiempo, el mercado planetario exige más producciones que atraigan más espectadores dispuestos a pagar los 15 dólares promedio de cada entrada. Por eso los productores Lorenzo di Bonaventura y Mark Vahradian compraron los derechos de la novela gráfica original de Warren Ellis y Cully Hamner para narrar la historia del cincuentón Frank Moses, ex agente de la CIA que rumia su aburrimiento hablando con Sarah —la desconocida chica que tramita sus cheques como retirado— y viviendo en un suburbio de cualquier ciudad estadounidense hasta que un comando intenta matarlo. Premisa fundamental para el desarrollo de una desmesurada historia de acción que se origina en crímenes políticos cometidos en la Guatemala de 1981. Ya pueden suponer el resto. Y hasta disfrutarlo.
Cuáles son las virtudes de Red, preguntarán ustedes. La principal reside en que no pretende ser realista ni busca la aprobación de una historia llena de ironía e incluso burla sobre los valores de la Guerra Fría. La segunda se revela en su condición de entretenimiento bien llevado, con buen ritmo y mucho humor. La tercera virtud —la más importante— se halla en un elenco de lujo: Bruce Willis, John Malkovich, Morgan Freeman, Helen Mirren, Mary-Louise Parker, Brian Cox, Richard Dreyfuss y hasta Ernest Borgnine a sus 93 años.
Este antiguo agente de tiempos pasados convoca a sus viejos colegas —retirados y aburridos como él— para llegar al fondo de un asunto que involucra los más altos niveles del gobierno de EEUU. El detalle es que RED significa retired extremely dangerous o retirado extremadamente peligroso. Moses es eso: un descarrilado ex agente de la CIA que pone en práctica sus viejos conocimientos para desmantelar esos olvidados crímenes en América Central. Nada nuevo para la tristemente célebre Agencia Central de Inteligencia.
La historia es inverosímil, acepto, pero recuerden que se trata de una novela gráfica concebida como expresión extrema del entretenimiento. No puede ser realista. Moses y su amada Sarah —acompañados por un loco piromaniaco, una dama del MI6 británico, un ex agente del KGB y un analista negro de ochenta años y con cáncer terminal— huyen, persiguen, actúan y se defienden por buena parte del mapa de los Estados Unidos y en apenas horas se desplazan por Alabama, Nueva York, Florida, Louisiana, Illinois y Virginia como si bastara subirse a un autobús. Eso es lo de menos. Lo importante es cómo despliegan su acción mortífera en contra de la actual administración de la agencia radicada en Langley.
Tal vez su historia podría haber sido más ácida, pero el director de origen alemán Robert Schwentke sólo pretendió expresar la dureza de la novela gráfica original. Ninguno de los actores ganará ningún premio ni el film será premiado en ningún festival pero ofrece una notable muestra de entretenimiento en sus casi dos horas de proyección. Los espectadores salen riéndose, sin tomar en serio la historia. Eso es suficiente.
RED («Red»), EEUU, 2010. Dirección: Robert Schwentke. Guión: Jon Hoeber y Erich Hoeber, sobre la novela gráfica de Warren Ellis y Cully Hamner. Producción: Lorenzo di Bonaventura y Mark Vahradian. Fotografía: Florian Ballhaus. Montaje: Thorn Noble. Música: David Holmes. Elenco: Bruce Willis, John Malkovich, Mary-Louise Parker, Morgan Freeman, Richard Dreyfuss,Helen Mirren, Brian Cox y Ernest Borgnine. Distribución: Cinematográfica Blancica.