La designación del general Henry Rangel Silva, jefe del Comando Estratégico Operacional (CEO), fue una provocación aviesa del teniente coronel, cuyo único fin era demostrar que su poder es omnímodo y puede lograr que la oposición le sirva de comparsa en su afán de proyectarse como un mandatario invencible y eterno porque cuenta con el apoyo irrestricto de las Fuerzas Armadas. La bancada opositora hizo lo correcto: se rebeló frente al insulto. Rangel Silva, luego del triunfo democrático del 26-S declaró, de lo más orondo, que el comandante Chávez permanecería en el poder más allá de 2012 y que la FAN estaba allí para garantizar su continuidad. En términos sencillos señaló que estaría dispuesto a participar en un golpe de Estado para asegurar la permanencia del Hugo Chávez en Miraflores, independientemente de lo que decidiera el pueblo en las urnas electorales en diciembre de 2012.
¿Podía ser ese oficial -quien violó el artículo 328 de la Constitución al proponer que la institución castrense se pliegue a un caudillo, desacatando la decisión del pueblo soberano- el orador de orden en una sesión solemne en la cual se conmemora el Congreso de Angostura? Desde luego que no. Los diputados democráticos habrían avalado la actitud de ese militar antidemocrático y habrían apañado el delirio continuista de Chávez.
El discurso de Rangel Silva, ataviado con más condecoraciones que “Chapita” Trujillo, fue la prueba evidente de que los diputados democráticos estaban sobrando en la cita de Ciudad Bolívar. Sus giros rimbombantes cargados de cursilería alcanzaron la cumbre cuando, al paso de unos aviones Sukhoi por el cielo bolivariense, rugió: “adelante soldados del aire, la patria, el pueblo y la Revolución están con ustedes”. Ese general tiene muchos galardones, pero poca memoria. No recuerda que el pueblo al cual se refiere, el 26-S votó mayoritariamente a favor de los candidatos de la alternativa democrática, y que el 2-D, cuando Chávez intentó legitimar su “revolución comunista” mediante la reforma de la Constitución, también le retiro su respaldo.
El general, además de desmemoriado, no ha renovado sus lecturas en muchos años ni se ha enterado de lo que ocurre en el planeta: “Necesitamos un cambio de conciencia, un cambio de cultura, para erradicar el velo oscuro del capitalismo”. Las sociedades con economías de mercado —en términos convencionales, capitalistas— son las que han resuelto o aliviado en gran medida la situación de los pobres: Brasil, Chile, la India y China, han logrado éxitos espectaculares en el combate a la pobreza, en la distribución del ingreso y en la igualdad de oportunidades, gracias a que sus economías son robustas producto de la libre iniciativa, la cooperación del Estado y el sector privado y el blindaje que rodea a la propiedad privada. Las “revoluciones” colectivistas cuyo centro reside en el populismo autoritario, lo único que han logrado en el mundo es hundir a las naciones en la miseria y el autoritarismo.
Desde luego que en la alocución del general no podían faltar los ataques y las amenazas a la oposición y el ditirambo al jefe del Estado, todo empacado en giros rocambolescos: “Venezuela exterioriza con la contrarrevolución una herencia involutiva potenciada con el rechazo de los postulados de Angostura”; “el jefe de Estado ha convocado a los pueblos de América a una batalla idealista con la gloriosa bandera que lleva inscrita la consigna patria, socialismo o muerte”.
Comportamiento como militante del PSUV, exaltación de la revolución, del socialismo y del comandante, en abierta violación de los principios constitucionales y del papel esencialmente profesional y sin militancia política que la Carta del 99 les asigna a los militares. Ese fue el fondo y la forma de la arenga de Rangel Silva. Para que la oposición oyera esta jaculatoria del caudillo era que el oficialismo quería que la oposición asistiera a la sesión en Ciudad Bolívar. No les basta con controlar la Asamblea Nacional como les da la gana, aun siendo minoría; además pretendían de nuevo humillarla convirtiéndola en alabardera del comandante
Los diputados opositores aprovecharon con sabiduría el tiempo: antes que bostezar con las palabras de ese oficial descarriado, recorrieron las zonas populares del estado Bolívar y se reunieron con líderes sindicales.
@tmarquezc
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