…sensata y práctica, ofertada por Simón Alberto Consalvi en El Nacional: “¿Quiere ser presidente?” Siete Días, marzo 20 pasado. Quizá el periodista, veterano en lides políticas de la comunicación diplomática y cultural, usó el juego irónico para evidenciar cuan erráticos andamos por ignorancia, flojera, oportunismo y hasta miedo cerval. Cartilla de 25 puntos que resume la Constitución actualizada y le ahorra al país tiempo, gasto, duda, rupturas y desdicha. De una vez la suscribo con opinión adelantada y absolutamente personal, de mi entera responsabilidad, sobre el candidato apto para iniciar su aplicación. Un político con la experiencia militante que le dio claves sobre los mecanismos partidistas desde adentro y al unísono muestra, como Ramón J. Velásquez, en su día, moderación, equilibrio emocional y prudencia en momentos críticos. Guillo, ese ciudadano que alguna vez pudo dirigir con eficacia cualquier entidad civil deportiva o profesional no partidista, desde el punto de vista mediático, mira la cámara con ojos diáfanos y confiables.
No es fantasía. Existe. ¿Demasiado intelectual para una mayoría analfabeta en política habituada a los caudillos y a la tentación farandulera de apasionarse por cualquier carismático incapacitado? No. El venezolano promedio ha madurado con este largo sufrimiento y al Guillo lo hemos calibrado. Para una transición entre sistemas de gobierno contrarios, difícil interregno quizá hasta de dos años que exige máxima salud mental, conocimiento del país y reconocida paciencia, podrá seleccionar objetivamente el mejor gabinete entre quienes hoy ejercen su oficio como gobernadores, alcaldes, diputados y etcéteras, equipo muy capaz pero mayormente joven, aún beligerante, tribal y acelerado, todavía inmaduro para afrontar tan compleja etapa. Además, según las encuestas del momento entre quienes figuran para las primeras opciones, ninguno tiene suficiente mayoría para neutralizar polos internos y externos por lo que sus seguidores-fans se van a dispersar o retirar por el sólo motivo del candidato. Es un hecho, los programas de sus partidos lucen similares o iguales, todos son antimilitaristas y demócratas, centro-liberales. Hoy, la única derecha venezolana está en los cuarteles endógenos y burocráticos.
Puede que esta declaración origine suspicacias pero no conozco personalmente al Guillo, lo he registrado como televidente y lector común de la prensa y algunos libros, nunca he simpatizado en especial con la ideología de su preferencia y jamás le pediré un empleo durante su ejercicio estabilizador. Este apodo lo escuché en boca de gente común y corriente de todas las edades, ansiosa por refundar la cordura nacional. Sin mitos, arrogancia, falsas expectativas ni acuerdos ocultos, Guillo que hay muchopillo, este civil y civilizado, destaca como el ojo avizor, significado de la palabra Guillo en la refranera jerga nuestra. El tiempo apremia y desde ya puede sacar al país del devorador y suicida pantano pre-electoral. Por rara coincidencia, Quino le puso ese nombre a su personaje un tanto naif por correcto, pero tenaz, tranquilo y bastante parco, siempre atento para limar los extremos de la Pandilla Mafalda. Su otro yo, casi pareja, se llama Libertad.
Mejor no puede ser el título»Guillo para la receta»que la articulista Alicia Freilich le puso a su magnifica reflexión
La idea es que de una vez los venezolanos entendamos que no es producto de un solo hombre o mujer (lider, mesías, etc) que se puede reconstruir una nación tan dañada, como la nuestra NOOOOOOOOOOOO
Somos toooooooodos toditos todos los que con su “pequeñito” o “grandísimo” grano de arena que lo lograremos. Claaaaaaaaaaaaro que con su presidente o presidenta comprometid@ junto al equipo, que será CAPAZ de llevar a cabo dicha tarea
Lillian Kerdel Vegas