Cien años cumple quien desde sus últimas novelas El falso cuaderno de Narciso Espejo (1952) y La misa de Arlequín (1962) penetró a fondo la idiosincrasia venezolana, por analogía la sur continental, con visión sociológica desde técnicas narrativas tan extrañas y modernas para aquel tiempo que, por largo rato, a su obra narrativa se la definió como rara, sofisticada, experimental y sin compromiso patriota.
El venezolano Guillermo Meneses en sus cinco novelas, reeditadas por Monte Avila en 1972, fue pionero en abordar con bisturí el tema controversial del mestizaje como violenta fusión de naturalezas excluyentes (Canción de Negros, Campeones y El mestizo José Vargas), audaz y obsesivo en asucultar la identidad y conducta personal y colectiva del criollo de provincia que inicia su adaptación al proceso urbano, obligado payaso que desde la dolorosa pirueta y el desvario reflejados en Espejos y disfraces,actúa con una mezcla de lógica y superstición, magia y liturgia, dios y sexo, iglesia y burdel, constante dupla bipolar entre el ser y parecer, para representar al inestable pueblo mismo en constante búsqueda y simulacro.
El compromiso político-moral del autor nunca está presente en tesis, escenas, panfletos ni arengas. Viene implícito en esa lupa tenaz y angustiada del razonador que duda y pregunta, inhábil para ceñpirse a capillas o dogmas. Salvador Garmendia, José Balza, Oswaldo Trejo, sus primeros hijos literarios, aplicaron para las generaciones hoy en cartelera que rompieron el molde narrativo tradicional.
Escritor, periodista, cronista de Caracas, generoso y certero promotor de la cultura emergente como director de la revista CAL de 1945 a 1964, antologista, doctor en Ciencias Políticas (UCV 1936), utilizó la ocasional función diplomática que se vio obligado a ejercer, para reflexionar sobre la fija contradicción que define al quehacer psico-histórico de su país y plasmó en personajes Narcisos y Arlequines. Austero, solitario pero solidario, pensador escéptico de natura y de profesión a tiempo integral, proyectó su individualismo insobornable en una creación original de alto calibre.Especialmente en las dos novelas citadas al inicio, hace introspección vivencial sobre los contrastes entres realidad y apariencia, campuruso y ciudadano, caras y caretas, certeza y mentira, rostro y antifaz, autenticidad y circo, traspasando límites de tiempo,espacio, moda y sistemas políticos.
Por ese muy lúcido análisis que derrumba idolatrías, farsas y mitos, su obra total es Cable Cifrado de doble filo, capaz de iluminar toda pesadilla ideológica, manipulación de la crítica seria o trampa gubernamental oportunista de sello totalitario que pretenda utilizarla.
Cuidado con el Guillo que hay mucho disfrazado pillo.
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