Cuando a los cartógrafos de la Edad Media se les acababa el conocimiento empírico que tenían de las tierras y los mares conocidos, trazaban una línea y escribían: Mas allá hay monstruos. Y la aseveración bastaba para que los temerosos se abstuvieran. Hoy sabemos que tanto el kraken –ese pulpo gigantesco que devoraba barcos y tripulaciones–, como las sirenas, las sanguijuelas voladoras o el leviatán –sin hembra conocida o con hembra sacrificada para impedir que se reprodujera– son símbolos y, como tales, hacen parte de la psiquis humana.
Tan efectivos como la bomba de neutrones, basta convocarlos para que, dejando las estructuras en pie (figurativamente y en este caso el cuerpo humano), se instalen en esa zona que debería tener, pero no tiene, un cartel que dijera: prohibido manipular. Invocarlos, es, y siempre ha sido, la manera más efectiva de impedir que hagamos uso del libre albedrío, de la intuición o del legítimo deseo de ver más allá, de ir más allá, aunque nos equivoquemos. Convocarlos es entronizar el sistema carcelario más barato, más efectivo y más lesivo que nos haya sido dado crear: aquel donde cada uno de nosotros es, a la vez, prisionero y carcelero y donde los muros de la prisión están hechos con el más atávico y poderoso de nuestros sentimientos: el miedo.
Pero la misma historia de la humanidad ha demostrado que en esos seres manipulables que somos surge de tanto en tanto, quién sabe de donde, un impulso que, enfrentando el temor, nos hace descubrir otras tierras, otros mundos. Y aunque esa misma historia también demuestre que en las nuevas conquistas tendemos a reproducir un sistema de pensamiento que en algún momento volverá a imponernos límites, a prohibirnos algo, habremos avanzado y habremos confrontado al kraken o al leviatán.
Ulises se tapó con cera los oídos para no escuchar a las sirenas que le prometían un mar de felicidad porque sabía que para aceptarlo debía separarse para siempre de su familia, de su patria. Y supo también, mucho antes que Freud, que la escisión de la unidad se llama esquizofrenia.
EL GRAN ESCRITOR CUBANO GUILLERMO CABRERA UNFANTE,GRAN CONOCEDOR DEL
ULISES , ITACA,AMANTES DE LOS PERROS QUE SON FIEL Y CON MEMORIA: HIZO ESTA FRASE GENIAL:BOLIVAR CON CHAVEZ HA ARADO EN EL MAL. Este finiso y culto articulo penetra en esa zona de la mente y el espiritu,que afianza la volubtad de ser libres y Venezolanos de 1ra, VOTAR SIN MIEDO.unidos somos fuerza.VENEZUELA GRITA CAMBIO.2012.ITAMAR RCA.