“Nosotros somos aquellos por quienes hemos estado esperando“. Así podemos decir los más de tres millones de personas que votamos el 12 de febrero pasado. Podemos utilizar esa poética frase de Alice Walker para pensarnos y reconocernos a nosotros mismos como nuestra mayor y más poderosa esperanza. La mayor esperanza de las fuerzas democráticas venezolanas.
Lo que se reveló al país y a nosotros mismos ese día es que somos una enorme fuerza con la capacidad y disposición para cambiar el curso que lleva el país. Una fuerza disciplinada, democrática, valiente, amante de la libertad. Una fuerza que se mueve por su propia voluntad, a punta de convicción, dispuesta a tomar riesgos para alcanzar objetivos superiores. Ese capital no lo podemos subestimar. No podemos perdernos ni desperdiciarnos a partir de aquí. Somos nosotros mismos el activo más valioso con que contamos, y estamos viviendo un gran momento.
Una de las tareas más importantes que tienen por delante los dirigentes demócratas, la MUD, y el candidato unitario recién electo, es preservar y multiplicar esa enorme fuerza que se expresó en las primarias. Eso es una tarea prioritaria. Tan prioritaria como hablarle y comunicarse con el resto del país. Eso implica darle dirección. No se puede tratar a los tres millones que votaron, como simples electores que aparecieron un domingo cualquiera, expresaron sus preferencias y regresaron a sus casas a esperar el próximo 7 de octubre. Hay que proponerles una agenda de trabajo, de organización, de participación y movilización para potenciar al maximo nuestra fuerza.
Henrique Capriles ha dicho que si cada uno de los que votamos el 12F asumimos como tarea llevar a otras dos personas que no votaron, a votar en octubre, seremos entonces nueve millones; una fuerza electoral imposible de vencer. Para lograr eso, se necesita dirección, organización, formación, apoyo, adiestramiento. Esa idea no se puede dejar como un simple deseo. Hay que convertirlo en un plan de trabajo. Allí estamos los tres millones del 12F ávidos de ejecutarlo.
Al asignarle (y asignarnos) una tarea como la mencionada a cada uno de los venezolanos que nos movilizamos el 12F, estaremos construyendo desde ya militancia, participación, democracia y gobernabilidad. Que cada uno nos echemos sobre nuestros hombros la responsabilidad de lograr una contundente mayoría el próximo 7 de octubre. Entonces, no solamente nos habremos ganado al país, sino que también nos habremos convertido en ciudadanos más comprometidos; una mejor base para lo que viene y se necesita en el futuro próximo.
gerver@liderazgoyvision.org
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