Otro drama de Venezuela EL PAÍS MÁS DEPENDIENTE DE AMÉRICA LATINA, por Gerver Torres

En un artículo anterior escribimos sobre la creciente concentración de las exportaciones venezolanas en el petróleo. Decíamos que en 1998 el petróleo representaba 77% del total de las exportaciones, mientras que en el año 2011 ese porcentaje se había incrementado a 96%. Añadíamos que al mismo tiempo que las exportaciones se concentran en el petróleo, cada vez producimos y exportamos menos de ese producto.

Aun así, los ingresos del país han aumentado durante los últimos años, producto del notable incremento en los precios. Así pues, nos hemos hecho más dependientes del petróleo, a pesar de que producimos y exportamos menos petróleo que hace trece años. Hoy agrego dos comentarios al tema.

El primero se refiere a que, en una medida importante, el notable aumento de los precios del petróleo se debe al enorme crecimiento de la economía china, que ha disparado el consumo de materias primas. China ha estado creciendo sostenidamente por casi tres décadas, a tasas de alrededor de 9% anual. Un crecimiento tan acelerado como ese es imposible de sostener de manera indefinida. Es un crecimiento que está dando ya muestras de desaceleración. Es posible entonces que en el corto a mediano plazo empecemos a ver una caída de los precios del petróleo (algo de eso ya está ocurriendo) que pondría en serios aprietos nuestra muy vulnerable economía.

El segundo comentario se refiere a cómo otros países de la región están mejor preparados para enfrentar una caída en los precios de las materias primas. Si tomamos las seis economías más grandes de la región—Brasil, México, Argentina, Chile, Perú y Colombia— y evaluamos el peso que los cinco primeros productos de exportación tienen sobre el total de sus exportaciones, encontramos que, en promedio, este valor alcanza 60%, mientras que para Venezuela, como dijimos antes, solo el petróleo representa 96%. Venezuela no solo tiene concentrada sus exportaciones en materias primas sino que las tiene concentradas en un solo producto.

Mientras tanto, en el horizonte tampoco se asoma ni siquiera un borrador de alguna política industrial que apuntase a corregir esa situación. Lo único que se ejecuta son acciones dirigidas a desaparecer el aparato productivo nacional. Se puede afirmar que en desarrollo industrial y diversificación de exportaciones, el socialismo del siglo XXI representa el mayor fracaso latinoamericano.

gerver@liderazgoyvision.org

Acerca de Alfonso Molina

Alfonso Molina. Venezolano, periodista, publicista y crítico de cine. Fundador de Ideas de Babel. Miembro de Liderazgo y Visión. Ha publicado "2002, el año que vivimos en las calles". Conversaciones con Carlos Ortega (Editorial Libros Marcados, 2013), "Salvador de la Plaza" (Biblioteca Biográfica Venezolana de El Nacional y Bancaribe, 2011), "Cine, democracia y melodrama: el país de Román Chalbaud" (Planeta, 2001) y 'Memoria personal del largometraje venezolano' en "Panorama histórico del cine en Venezuela" (Fundación Cinemateca Nacional, 1998), de varios autores. Ver todo mi perfil
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