Oscar de 2013 EL AÑO DE LA ANIMACIÓN EN STOP MOTION, por Pablo Gamba

Ralph el demoledor 1Este ha sido el año de la stop motion con muñecos en los premios de la Academia Estadounidense. Tres de los cinco nominados a mejor largometraje de animación utilizan esa técnica: Frankenweenie de Disney y Tim Burton Animation, dirigida por Burton; Paranorman de Laika, cuyos directores son Chris Butler y Sam Fell, y The Pirates! Band of Misfits, de la británica de Aardman Animations, con Peter Lord y Jeff Newitt en la dirección.

La favorita para ganar es Ralph el Demoledor (Wreck-it Ralph) de Disney, dirigida por Rich Moore, una película hecha con computadoras. Es la opinión de los 14 conocedores de Hollywood que participaron en la más reciente encuesta de Movie City News. Pero fue publicada antes de que ganara el Globo de Oro Brave, de Pixar, dirigida por Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell, que también fue creada mediante imágenes de gráficos informáticos. En segundo lugar en la encuesta quedó, con poca diferencia, Frankenweenie.

Técnica vs tecnología

Al darle esa relevancia a la stop motion en su selección, el comité que escoge a las candidatas al Oscar en esa categoría parece haber seguido el criterio de privilegiar la maestría técnica sobre el desarrollo de la tecnología. El premio a la mejor película otorgado a The Hurt Locker en vez de a Avatar en 2010 lo convirtió en una suerte de declaración de principios de los profesionales del cine de Hollywood. En consonancia con esa idea fueron nominadas ese mismo año cuatro películas que se destacaban por la maestría en los métodos de animación tradicionales: los filmes de dibujos hechos a mano The Princess and the Frog de Disney, dirigido por Ron Clemens y John Musker, y el irlandés The Secret of Kells, de Tomm Moore y Nora Twomey; junto con los de stop motion con muñecos Coraline de Laika, dirigido por Henry Selick, y Fantastic Mr Fox de Wes Anderson, con Selick a cargo de la animación.

La también llamada animación cuadro a cuadro se presenta así en el Oscar de este año como la principal alternativa creativa al que se ha convertido en el recurso predominante en los largometrajes de animación de la industria a partir de Toy Story de Pixar, dirigida por John Lasseter. Esa película ganó un Oscar especial en 1996 por haber sido el primer largometraje de animación completamente realizado con imágenes de gráficos por computadora.

No es difícil de descubrir la razón por la cual la stop motion ha pasado a ocupar ese lugar: los muñecos de los filmes de ese tipo guardan cierto parecido con las figuras de aspecto tridimensional y detalles fotorrealistas que acuñó Pixar, y esa semejanza se ha acentuado a partir de la generalización de la exhibición en 3D. El contraste que puede percibirse entre The Pirates! y la película de Aardman de 2000 Pollitos en fuga (Chicken Run) indica que incluso ha habido un intento de los que trabajan con muñecos por lograr un resultado que no parezca demasiado diferente de los que producen las computadoras. Un hito en ese sentido es Lo que el agua se llevó (Flushed Away, 2006), que tuvo como codirector a Sam Fell, el mismo de Paranorman, junto con David Bowers. Fue el primer largometraje de animación con computadoras de Aardman y es el resultado puede ser difícil de diferenciar de los muñecos reales para los ojos que no estén lo suficientemente entrenados. En la actualidad, además, las imágenes informáticas son utilizadas en las películas en las que se trabaja con stop motion, para aprovechar, por ejemplo, la verosimilitud del agua creada de esa otra manera.

Del tema a la técnica

La temática de terror también ocupa un lugar relevante entre los largometrajes de animación nominados al Oscar con Frankenweenie y Paranorman. El vínculo actual entre ese género y la stop motion fue establecido por El extraño mundo de Jack (The Nightmare Before Christmas, 1993), dirigida por Henry Selick sobre la base de un poema ilustrado de Tim Burton. Esa película volvió a llamar la atención sobre una técnica que se presta para el terror por las posibilidades de la iluminación, y por las texturas de los muñecos, objetos y maquetas.

En un sentido más general, la relación entre el tema y la técnica podría ser la razón por la que los especialistas consultados por Movie City News dan como favorita para ganar el Oscar a Ralph el demoledor. Es una película en la que el villano de un videojuego primitivo, Niceland, visita el avanzado mundo de Hero of Duty, uno de los llamados shooters en primera persona de la actualidad, y el acaramelado juego de carreras de carros para niñas Sugar Rush. Ese contraste constituye el principal atractivo tanto argumental como gráfico de la película, que tiene como base haber logrado la armonía entre ambientes y personajes tan diferentes. Además, el uso de la animación por computadoras se justifica por la historia.

En Frankenweenie la técnica de animación con muñecos es también un acertado correlato de una historia inspirada en el personaje de Frankenstein, que animaba cadáveres. Pero hay un problema con el blanco y negro, que es el principal rasgo distintivo del filme de Burton. Si bien es una referencia evidente a los clásicos del cine de terror de los años treinta, como el Frankenstein de James Whale con Boris Karloff (1983), se pierde con ello el encanto de la colorida iluminación macabra de películas como El extraño mundo de Jack y Coraline.

¿Y Pixar?

Scott Feinberg, del Hollywood Reporter, que no envió su respuesta a la encuesta de Movie City News, se decanta para el Oscar al mejor largometraje de animación por Brave. Esa categoría del premio, además, parece haber sido creada en 2001 a la medida de Pixar, puesto que los creadores de Toy Story ha ganado 6 de las 11 estatuillas que se han otorgado.

Brave, la primera película de ese estudio en la que la protagonista es una princesa, sello característico de Disney, que adquirió esa compañía en 2006, tiene entre sus principales atractivos el diseño de los personajes y su correlación con la verosimilitud psicológica. Se destaca especialmente en ese sentido la madre transformada en osa por un hechizo. Fue la interpretación favorita del año pasado de un personaje de animación para Amid Amidi, coeditor de la página web especializada Cartoon Brew, por la manera como se logró plasmar en ella la lucha entre lo humano y lo animal. En el arte de Brave sobresale, además, la representación de los paisajes de la Escocia de fábula en la que se desarrolla la historia.

El año pasado el Premio de la Academia fue para un filme cuyo fuerte también era el diseño de los personajes: Rango, el primer largometraje en el que la animación fue realizada por Industrial Light and Magic, la empresa de efectos especiales fundada por George Lucas, dirigido por Gore Verbinski, y producido por Graham King y Nickelodeon. Serían tres, pues, contando a Brave y a Frankenweenie, las películas que podrían ganar el Oscar en esa categoría, la única en la que las cinco nominadas han llegado a los cines en Venezuela.

Acerca de Alfonso Molina

Alfonso Molina. Venezolano, periodista, publicista y crítico de cine. Fundador de Ideas de Babel. Miembro de Liderazgo y Visión. Ha publicado "2002, el año que vivimos en las calles". Conversaciones con Carlos Ortega (Editorial Libros Marcados, 2013), "Salvador de la Plaza" (Biblioteca Biográfica Venezolana de El Nacional y Bancaribe, 2011), "Cine, democracia y melodrama: el país de Román Chalbaud" (Planeta, 2001) y 'Memoria personal del largometraje venezolano' en "Panorama histórico del cine en Venezuela" (Fundación Cinemateca Nacional, 1998), de varios autores. Ver todo mi perfil
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