«Mi nombre es Pi Patel. He naufragado. Estoy en un bote salvavidas, solo… con un tigre».
La adaptación cinematográfica del best-seller Life of Pi escrito por Yann Martel, ha sido uno de los retos más difíciles a los que se ha enfrentado el director taiwanés Ang Lee, quien gracias a su extraordinario talento y dedicación hizo posible llevar esta historia a la pantalla grande.
Desde el momento que comienza la proyección nos vemos atrapados en un mundo majestuoso de fauna silvestre, paisajes sublimes en un lugar de la India, y una fotografía exquisita bañada con pinceladas de mil colores que pareciera extraída del mismo lugar de donde emanan los sueños.
Traducida como Una aventura extraordinaria, el film nos muestra la supervivencia de un joven que, tras un naufragio, queda a la deriva en un bote salvavidas acompañado de un tigre de Bengala llamado Richard Parker. El uso del flash-back permite un recorrido por la infancia de Piscine Molitor Patel. Una historia que nos muestra sus aprendizajes en los que el padre juega un rol muy importante, así como su creencia en diferentes doctrinas religiosas, pues cada una de ellas, sea cual sea, lo conducirán a Dios. Es un cuento mágico, complejo, cruel, imposible olvidar y difícil de creer. Y es aquí cuando la imaginación es tan importante, poniendo a prueba los cuestionamientos del hombre: sus creencias, la fe, las dudas, la verdad.
La riqueza cromática es un festín visual. Nos sumergimos en el abismo hermoso del azul, en la fluorescencia de las medusas que emergen a la superficie en medio de la noche, en el naranja de un atardecer, o en el intenso y fiero amarillo del Bengala. Preciosa fotografía de Claudio Miranda, quien logra crear un mundo alucinante de emociones y naturaleza salvaje al servicio del espectador.
Lee nos ha deleitado con cintas como Sense and Sensibility (1995), Crouching Tiger, Hidden Dragon (2000) o Brokeback Mountain (2005). En esta oportunidad, nos muestra una maravillosa historia merecedora de 11 nominaciones al Oscar 2013. Dotada con alta tecnología, sus efectos especiales logran un realismo mágico. Una técnica prodigiosa que da vida a un tigre digital tan real como el joven protagonista. Cabe destacar la actuación del debutante Suraj Sharma. Un joven que afrontó el reto y le da alma a Pi. Su habilidad para sumergirse en la historia es un tesoro, un privilegio que su director compartió con el mundo. Cuando un personaje de alguna película es memorable, se convierte en icono del cine, forma parte de su historia al dejar una huella que lo convierte en un símbolo inolvidable. Richard Parker será uno de ellos.
¿Qué encierra la vida de Pi? ¿Un sueño o una realidad? ¿Aventura o alegoría de la vida? Cada quién sacará sus propias conclusiones. Creemos que todo está dicho hasta sospechar que lo más importante está oculto, y será en este momento cuando las emociones y nuestra imaginación contarán la verdadera historia. Necesitamos creer en lo extraordinario, en una fantasía como instrumento de supervivencia para soportar la realidad.
¿En cuál de las historias quiero creer? Solo en una: en la que me haga más feliz.
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